Mientras estoy sentado en el bar de la esquina y el humo celeste de mi cigarrillo se mezclan con mis pensamientos turbados y curvados a la nada, se abrio la puerta de atrás y como si alguien prendiera fuegos artificiales y todas la luces del escenario apuntaran hacia tu silueta, hicieron que de repente me agarrara taquicardia, que el humo celeste de mi cigarrillo y mi mirada se clavaran en tu cuerpo de pintura.
Me devolviste la mirada como lanza a mi cuerpo y persona ya añeja y golpeada por los traqueteos de la vida. Terminado tu acto te acercaste y me susurraste al oído que me esperabas en el cuartito de atrás a lado del baño de mujeres. Agarré mi copa de wiskhy y me dirigí con mi taquicardia y todo al cuarto donde me habías indicado; tu cuerpo desnudo me llamaba para la batalla danzante de cuerpo a cuerpo.Para esa batalla donde tu sudor y el mio se convertiría cuando el rio se convierte en mar.
Terminamos, te vestiste y me dijiste hasta la semana que viene después de darme un beso en la mejilla cerraste la puerta y te fuiste.
Un copita de whisky unos 5 cigarrillos y el deseo y miedo a la soledad de ambas partes hicieron que yo fuera el cliente vip de ese bar.
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