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jueves, 4 de diciembre de 2008

La luna



Esta maldita crisis económica que golpea al bolsillo de una manera brutal.
Ya había vendido el vehículo y se compró una bicicleta para sus idas y venidas al trabajo. Lo malo que el invierno ya está mostrando su fría y helada cara. No quizo agarrar la bicicleta por temor a enfermarse otro gasto más a su ya golpeada finanzas. Se puse sus zapatos más cómodos y se fué rumbo al trabajo nada anormal todo muy bien el frio inclusive parecia menos de lo que se había imaginado. Termino el día y empezó la nieve a caer salio más de una vez afuera a respirar el aire puro y fresco del día invernal y se dio cuenta que el frio era cada vez mayor. Nieve ya no caía y el cielo mostraba sus pequeños destellos distribuídos en el cielo, llego la hora de la salida se epacó bien y se dispuso a caminar hacía su modesto departamento. Contemplando el cielo despejado vio la luna preciosa y bien bonita como siempre inclusive parecía que le guiño más de una vez con la mirada fija en ella y sin mirar a los costados empeczó a caminar y a caminar y a caminar. Por lo general solo tardaba 40 minutos de caminata hasta su aposento pero esa noche se le hizo mucho más larga y los 40 minutos ya habían pasado hacía más de 1 hora y este seguía poseído encandilado con el destello de la luna. Cada vez empezaba a sentir más el frio y tan terco como nunca idiotizado por la luna no hacía mas que seguir y tratar de llegar hasta ella con pasos cada vez más pesados iba avanzando la noche y las manos ya no sentía las piernas las tenía muy frías demasiados frías ya no sabía que hacer ya no sabía ni siquiera donde estaba y se sentó empezó a acurrucarse hasta que el cansancio vencío al maldito frio y cerro los ojos queriendo dormir.
De pronto abrio los ojos se encontró en una habitación totalmente blanca tapado con sábanas blancas y estaba bien calentito con una voz quebrada preguntó "estoy en la luna" y aparecio ella también totalmente de blanco solo se podía ver su rostro blanco y su cabellera rubia con una sonrisa en los labios le dijo: No estás en el hospital.
Decepcionado cerró los ojos y no los quizo volver a abrir escucho más de una vez a los lejos unas voces que decían que estuvo más de 12 horas afuera y las ganas de volver a abrir los ojos se hacian menor.
Terco, renegado y sin ganas sintio más de una vez como unos shock eléctricos golpeaban su cuerpo y él no abría los ojos.
Hasta que de pronto se sintio libre liviano lejos de todos los problemas que tenía se miro las manos se toco el cuerpo y tenía unas ganas locas de correr y empezó a correr y agritar desnudo donde estaba se le dio por mirar arriba a buscar su amada luna y ya no lo vio lo que vio en este caso fué la maldita tierra que lo llevo a su muerte.

1 comentario:

Colo dijo...

tras Y Bien Profunda.. JAJA